Preguntas frecuentes sobre la disolución de la empresa

Sí, cualquier empresa, independientemente de la jurisdicción, puede solicitar la disolución. SFM puede encargarse del proceso de disolución por usted. Los precios varían de una jurisdicción a otra, y también dependiendo de la cantidad de trabajo contable si es necesario.

Esto dependerá de la jurisdicción y procedimiento seleccionado, la sociedad debe cumplir las siguientes condiciones antes de presentar una solicitud de disolución:

• Los accionistas de la empresa deben acordar formalmente la disolución.
• La empresa no debe tener activos o pasivos pendientes.
• La empresa no debe involucrarse en ningún litigio.

Sí. Por lo general, se requiere que una empresa presente declaraciones anuales y cumpla con sus obligaciones en virtud de la ley de sociedades aplicable en general, hasta que se haya disuelto. No hacerlo podría tener consecuencias como impedir la cancelación del registro o la disolución o hacer que la empresa sea procesable.

Se puede presentar una solicitud de restauración ante el Secretario o la Autoridad competente de la jurisdicción pertinente. SFM puede encargarse de este proceso por usted. Si su empresa fue eliminada, es posible que el nombre de la empresa ya no esté disponible.

La liquidación es el proceso de saldar las cuentas y liquidar los activos de una empresa para extinguir los pasivos existentes y, finalmente, permitir la distribución de los activos netos a los accionistas. Es parte de la disolución de la empresa.

Disolución: la disolución es todo el proceso de cierre formal de la empresa, desde la liquidación hasta la cancelación del Registro Mercantil. Su objetivo es protegerlo contra responsabilidades futuras.

La tacha se refiere a que el Registro Mercantil tacha literalmente el nombre de una empresa cuando hay motivos razonables para considerar que una empresa ya no cumple las condiciones para ser registrada. La suspensión puede ser obligatoria, por ejemplo, como resultado de un incumplimiento duradero del mantenimiento de una situación de buena reputación, o ser el resultado de un procedimiento de disolución o cancelación del registro. La tacha es una facultad estatutaria y una responsabilidad del Registrador.

Esto depende de la jurisdicción de constitución, es decir, del procedimiento aplicable, y del estado del negocio de la empresa. Para casos sencillos en los que las empresas no tienen responsabilidades y en los que todos los documentos están actualizados, el proceso suele tardar unos 45 días. Para casos más complejos, el proceso puede tardar hasta un año.

El documento más estándar es un Certificado de Disolución emitido por el Registro Mercantil.